La ONU incluyó a Estados Unidos en su elección de las 18 naciones que conforman Consejo de Derechos Humanos. Durante la votación, que se realizó el martes pasado, 13 países fueron reelectos, cinco ingresaron por primera vez (Bélgica, Hungría, Kirguistán y Noruega, además de Estados Unidos) y cinco países salieron del grupo (Azerbaiyán, Canadá, Malasia, Malawi y Suiza).
Esta noticia significa claramente un fuerte cambio político para los Estados Unidos. Luego de las torturas e ilegalidades cometidas durante el Gobierno de Bush, los norteamericanos tendrán que presentar informes –al mejor estilo de rendir un examen- todos los años ante este organismo.
Hasta ahora, EE. UU. se negaba a pertenecer a este Consejo ya que argumentaba que países como Cuba o Zimbawe violaban los derechos y nadie hacia nada. Si bien puede que esto sea cierto, siempre el Gobierno norteamericano pareció más preocupado en ver la paja en el ojo ajeno, que en el propio.
La medida no es más que una muestra de la importancia que le da el Presidente Obama a la imagen que tiene su país ante el mundo y, obviamente, ante a las Naciones Unidas.
"Optamos por esta elección porque la administración y el pueblo estadounidenses están muy comprometidos con el respeto de los derechos humanos de todos los individuos, y aunque reconocemos que el organismo es imperfecto y que no ha expresado todo su potencial, esperamos trabajar y contribuir desde dentro de él”, declaró la embajadora de Estados Unidos, Susan Rice ante la ONU, luego de la inclusión.
Reafirmando lo anteriormente dicho –y demostrando una política de Derechos Humanos al mejor estilo argentino- es que actualmente también, en Washington, están analizando la posibilidad de iniciarle juicio a George W. Bush. El ex presidente es acusado de haber instrumentado métodos de interrogación no aceptados en ningún código internacional.
Fuentes:
Clarin.com
La Nacion.com
Elnuevoherald.com